En un próximo artículo, que tiene prevista su publicación este mes en la revista Mosaico, profundizo en la construcción de la masculinidad y la paternidad en el ciclo mítico del héroe. Este texto fue presentado originalmente en el IV Congreso Internacional Transpersonal celebrado en diciembre de 2024 en Sevilla.
En uno de sus párrafos insisto en que:
“Siempre que el héroe se manifiesta invulnerable, aparece un lugar donde podrá ser herido: su “talón de Aquiles”. Todos los héroes y superhéroes presentan su hándicap, aquel espacio en el que podrá ser herido, lance necesario para que se produzca una evolución en el sujeto. De ahí que el héroe adolescente, para poder trascender y evolucionar, deberá ser herido, dicho de otra forma, la herida es la condición sine qua non para un posible desarrollo saludable y para un crecimiento emocional y social en el varón. La herida tiene la función de quebrar la hybris, la soberbia, la arrogancia, la altanería, que ciega al héroe. Esta herida señala su fragilidad y vulnerabilidad, empujando al varón a tomar consciencia de su corporalidad, de su condición animal, de su cuerpo finito, de su mortalidad.
Si la herida cumple su función, en la actualidad en forma de angustia, depresión o pánico, la opción a transitarla es la única posibilidad. Transitar la herida implica la aceptación de la fragilidad y de la condición humana; necesaria para dejar una adolescencia perpetua y poder convertirse en hombre”(De Pablo, 2025, en “La construcción de la masculinidad y de la paternidad en el ciclo mítico del héroe: Edipo/Telémaco, Aquiles, Ulises y Eneas”).
(En la imagen Tetis sumerge a Aquiles en la Estigia para conseguir su invulnerabilidad)
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