Ante los cambios y transiciones en el ciclo vital, sabemos que no contamos con permiso ni apoyo, la transgresión y la desobediencia son inicialmente castigadas.
"Como el castigo va a aparecer ante la desobediencia ya sea en forma de retirada afectiva, distancia, desapego o silencio, ya sea en forma de presión, ultimátum o imposición; el individuo requiere contar con un espacio seguro donde analizar estas respuestas y presiones del entorno relacional, poder situarlas dentro del proceso normal de emancipación y diferenciación, y, cómo no, poder sostener y mantener los cambios el tiempo necesario hasta que puedan ser asumidos e integrados por el sistema familiar o social. El paciente, ante estas medidas de coerción, podrá sentirse en absoluto desamparo, angustiado y culpable, perdido y abandonado, con deseos de abandonar la senda recién iniciada pues surgen intensas sensaciones de fragilidad y pánico, situado ante un abismo que se siente imposible de superar. Ante todo esto, solo resta resistir, confiar y mirarse en los ojos de los otros, de aquellos que son testigos honestos del proceso de cambio" (De Pablo, 2024-2025) (En "Reflexión, desobediencia y transgresión. Hacia una ética del reconocimiento emocional en psicoterapia", próximo a ser publicado).
PARA CRIS, EN ESTOS MOMENTOS DIFÍCILES
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